¿Qué es el déficit de atención?
El déficit de atención es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por una falta de concentración y una tendencia a tener hiperactividad e impulsividad. Afecta a niños y adultos, y puede interferir en el rendimiento académico, las relaciones sociales y el funcionamiento laboral.
El déficit de atención es más común en niños, y los síntomas suelen aparecer antes de los 7 años de edad. Sin embargo, el trastorno puede persistir en la edad adulta. También se conoce como trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
¿Cuáles son los síntomas del déficit de atención?
Los síntomas del déficit de atención pueden variar en función de la edad, y pueden ser difíciles de detectar en adultos.
Los síntomas comunes en niños y adultos son:
- Falta de concentración
- Hiperactividad
- Impulsividad
- Memoria débil
- Distracción fácil
- Dificultades para organizar tareas
- Dificultades para controlar el comportamiento
- Tensión y irritabilidad
En niños, el déficit de atención también puede causar problemas en el rendimiento académico, ya que pueden tener dificultades para seguir las instrucciones y prestar atención a los detalles.
En adultos, el trastorno puede interferir en el trabajo y las relaciones. Es posible que tengan dificultades para cumplir con las obligaciones laborales o para mantener relaciones saludables.
¿Cuáles son las causas del déficit de atención?
El déficit de atención no se conoce con exactitud, pero se cree que es causado por una combinación de factores, incluyendo:
- Factores genéticos: El déficit de atención suele ser hereditario, lo que significa que puede ser pasado de los padres a los hijos.
- Desarrollo anormal del cerebro: las personas con déficit de atención pueden tener un cerebro ligeramente diferente en términos de estructura y funcionamiento.
- Trastornos del neurodesarrollo: el déficit de atención puede estar relacionado con otros trastornos del neurodesarrollo, como el trastorno del espectro autista o el trastorno obsesivo-compulsivo.
- Factores ambientales: el estrés y el trauma pueden desencadenar o empeorar los síntomas del déficit de atención.
¿Cómo se diagnostica el déficit de atención?
El déficit de atención puede ser difícil de diagnosticar, ya que los síntomas pueden ser similares a otros trastornos del neurodesarrollo.
Para diagnosticar el déficit de atención, el médico realizará una evaluación física y psiquiátrica. También se podrían realizar pruebas de neuroimágenes, como una tomografía axial computerizada (TAC) o una Resonancia Magnética Nuclear (RMN), para descartar otras causas de los síntomas.
Una vez que se descartan otras condiciones, el médico puede diagnosticar el déficit de atención mediante la evaluación de los síntomas.
¿Cómo se trata el déficit de atención?
El tratamiento del déficit de atención depende de la edad de la persona y de la severidad de los síntomas.
En niños, el tratamiento suele incluir la educación especial, el apoyo psicológico y, en algunos casos, medicamentos.
Los adultos pueden necesitar tratamientos similares, como la educación especial y el apoyo psicológico.
En algunos casos, los medicamentos también pueden ayudar a controlar los síntomas del déficit de atención. También puede utilizarse la terapia online para el seguimiento a distancia.
Puede interferir en el rendimiento académico, las relaciones sociales y el funcionamiento laboral.
¿Cómo saber si mi niño tiene déficit de atención?
Los problemas de atención pueden ser difíciles de diagnosticar, especialmente en los niños. A menudo, los niños con déficit de atención (TDAH) pueden ser etiquetados como "niños malcriados" o "niños difíciles", pero esto no siempre es el caso. Si sospecha que su hijo puede tener TDAH, hay algunos signos a buscar.
- Tiene problemas para prestar atención. Un niño con TDAH puede tener dificultades para prestar atención a las conversaciones, las instrucciones o las tareas. Pueden aparentar que no escuchan cuando se les habla directamente, y pueden tener problemas para seguir instrucciones o hacer tareas que requieren concentración.
- Tiene hiperactividad. Un niño con TDAH puede ser hiperactivo e inquieto. Pueden tener dificultad para permanecer sentados, jugar tranquilamente o hacer silencio. Pueden ser impacientes e impulsivos, y pueden hablar mucho y no ser capaces de esperar su turno.
- Tiene impulsividad. Un niño con TDAH puede actuar impulsivamente, sin pensar primero en las consecuencias de sus acciones. Pueden correr o saltar en lugares inapropiados, interrumpir las conversaciones o tocar las cosas que no les pertenecen.
- Tiene problemas para controlar el comportamiento. Un niño con TDAH puede tener problemas para controlar sus acciones. Pueden hacer cosas sin pensar, lo que puede llevar a consecuencias negativas. También pueden tener dificultad para controlar su temperamento, lo que puede manifestarse en rabietas o arranques de ira.
- Tiene problemas para organizarse. Un niño con TDAH puede tener problemas para organizar su tiempo y sus belongings.Pueden tener dificultades para completar las tareas, para mantener sus cuartos ordenados y para llegar a lugares a tiempo.
Si sospecha que su hijo puede tener TDAH, lo mejor es hablar con el pediatra o el médico de atención primaria. Ellos pueden hacer una evaluación y, si es necesario, pueden remitirlo a un especialista.
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