Cuando alguien muere por suicidio, es un acontecimiento trágico y devastador. El impacto de una muerte por suicidio es de gran alcance y puede tener un profundo efecto en la familia, los amigos, los compañeros de trabajo y la comunidad.

 El suicidio es la décima causa de muerte en Estados Unidos.  Cada año, 44.965 personas mueren por suicidio. Se calcula que por cada muerte por suicidio hay 25 intentos de suicidio. Los intentos de suicidio son hasta 4 veces más frecuentes que los suicidios consumados.

Signos de advertencia de suicidio.

Si ves alguna de estas señales de advertencia en ti mismo o en alguien que conoces, no las ignores. Estas señales de advertencia incluyen hablar de querer morir o hacerse daño, expresar sentimientos de desesperanza, hablar de ser una carga para los demás, aumentar el abuso de alcohol o drogas, apartarse de los amigos, las actividades, cambios de humor repentinos.

No siempre es fácil saber si alguien está considerando el suicidio. Los signos de advertencia pueden no ser obvios, y algunas personas con tendencias suicidas no muestran ningún signo.

Si te preocupa que alguien que conoces pueda estar pensando en suicidarse, lo mejor que puedes hacer es hablar con él o ella al respecto. También puedes llamar a una línea de atención al suicida de tu zona.

Lo más importante es recordar que nadie está más allá de la ayuda. Las personas que se plantean el suicidio suelen sentir que son una carga para los demás o que sus problemas son insuperables.

Es importante hacerles saber que te importan y que hay personas que pueden ayudarles a superar lo que sea que estén pasando.

Estas son algunas de las cosas que puedes hacer para ayudar a alguien que puede estar considerando el suicidio:

• Anímale a buscar ayuda profesional. Un terapeuta puede proporcionar apoyo y estrategias de afrontamiento para alguien que está luchando.
• Ofrézcase a acompañarle a las citas terapéuticas o a ayudarle a encontrar un terapeuta si no sabe por dónde empezar.
• Asegúrate de que tiene acceso a los servicios de emergencia, como una línea de atención al suicida o un centro de crisis.
• Ayúdele a desarrollar un sistema de apoyo de amigos y familiares que puedan proporcionarle apoyo emocional y práctico.
• Anímale a mantenerse alejado de las drogas y el alcohol, que pueden empeorar los pensamientos y sentimientos suicidas.
• Ayúdale a elaborar un plan de seguridad, que incluya los pasos a seguir en momentos de crisis, como a quién llamar para pedir ayuda y qué hacer para mantenerse a salvo.

En los últimos años, el suicidio se ha convertido en un problema de salud pública en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 800000 personas se suicidan cada año, lo que equivale a una muerte cada 40 segundos.

El suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, y representa el 1% de todas las muertes en el mundo.

Aunque es un problema global, algunos países enfrentan una mayor tasa de suicidio que otros. Por ejemplo, en 2017, las tasas de suicidio fueron más del doble de altas en los países de ingresos altos que en los países de ingresos bajos. Los países de ingresos altos también tienen una mayor tasa de suicidio entre los jóvenes.

Causas del suicidio

Los factores de riesgo pueden incluir problemas de salud mental, abuso de sustancias, estrés, problemas sociales o económicos, y experiencias traumáticas. A menudo, se trata de una combinación de factores.

Existen diversos tratamientos eficaces para la salud mental, incluidos los problemas que pueden conducir al suicidio. Si conoces a alguien con pensamientos suicidas, animarles a que busquen ayuda puede ser vital.

Hay muchos recursos disponibles, como líneas telefónicas de ayuda, que pueden ayudar a la persona a lidiar con sus problemas.

El suicidio es un problema complejo, pero hay muchas formas en que podemos ayudar a prevenirlo. Si conoces a alguien que está en riesgo, animarles a que busquen ayuda puede ser vital.

Existen diversos tratamientos eficaces para la salud mental, y los recursos disponibles pueden ayudar a la persona a lidiar con sus problemas.

Prevención del suicidio

A pesar de la percepción pública, el suicidio no está causado por un único acontecimiento o experiencia. No existe una única causa de suicidio. Más bien, es el resultado de muchos factores.

 El suicidio no discrimina. El mito de que el suicidio es un problema que sólo afecta a los jóvenes es erróneo. Las tasas de suicidio son más altas en los adultos de mediana edad (45-54 años) y en los mayores de 85 años. Sin embargo, las víctimas más frecuentes se encuentran en el grupo de edad de 25 a 44 años.

Hay muchos signos de advertencia del suicidio. Estas señales de advertencia pueden ser evidentes en el comportamiento de la persona, en su estado de ánimo o en lo que dice. Hablar de querer morir o hacerse daño, expresar sentimientos de desesperanza, hablar de ser una carga para los demás, aumentar el abuso de alcohol o drogas, son señales de advertencia que no deben ser ignoradas.